DISCURSO A LA COMUNIDAD DE FREIRINA A 1 AÑO DE LA BATALLA DE TATARA
En un día como hoy, hace un año, esta comunidad se levantaba frente a la represión del gobierno y el abandono del Estado.
Hace un año este pequeño valle le mostró al mundo entero lo que es la DIGNIDAD.
Hace un año, armados solo con piedras, le demostramos al poder empresarial que ésta es nuestra tierra y aquí la comunidad es la que decide y manda. Es nuestro territorio y la decisión era una sola: DEFENDERLO.
Seis y media de la mañana y la historia de Freirina comienza a cambiar…
Vecinos detenidos, rabia acumulada por diálogos estériles y reuniones que sólo buscaban traicionarnos.
¿Qué hacemos? ¿Cómo nos defendemos? Teníamos un sólo camino: unirnos y cerrar filas, organizarnos y hacernos fuertes para que se nos respetara, para proteger la tierra que nos pertenece y le pertenecerá a nuestros niños. Ese es el único objetivo, luchar para defendernos de todo el poder empresarial que junto al gobierno pretendían imponernos una megaindustria que sólo pensaba en su enriquecimiento sin importarle nuestra opinión y sin escuchar las denuncias que responsable y oportunamente habíamos formulado a todas las autoridades.
Colectivamente llegamos a la conclusión de que sobrevivir y permanecer como comunidad requería de nuestra capacidad de hacernos escuchar para que los que se ensordecen por la codicia del lucro entendieran que no podían pasar por sobre los hombres y mujeres que habitamos este valle.
Era el momento de la organización, de la unidad, de la fuerza, de la valentía y el heroísmo.
Nos hicimos fuertes en Tatara. Allí clavamos nuestras banderas y desde allí denunciamos a Chile y al mundo la catástrofe ambiental y sanitaria a la que se nos estaba exponiendo en forma irresponsable y criminal.
No sabíamos lo que nos esperaba, pero si sabíamos quiénes nos mentían y quiénes nos traicionaban, porque los que estaban llamados a defendernos y protegernos se arrodillaban sin dignidad ante el poder del dinero..
No conocíamos la represión del Estado. Las fuerzas represivas se desplegaban por la ruta C-46. Por primera vez veíamos la fuerza policial dispuesta a atacarnos, a Carabineros convertidos en Fuerzas Especiales, equipadas como verdaderas fuerzas de ocupación entrenadas para aplicar la máxima violencia contra nuestra comunidad.
Su presencia amenazante acrecentaba nuestra decisión de luchar y defendernos. Nos sentíamos traicionados por las autoridades y por el estado, por los que se decían nuestros representantes y por los que privilegiaban sus intereses políticos y económicos por sobre los intereses colectivos de la comunidad.
Crecía nuestra decisión y crecía la hermandad entre los vecinos. Los saludos eran con más cariño y los abrazos más fuertes. Unos a otros nos dábamos ánimo entendiendo que debíamos ser valientes y saber resistir.
Hasta que llega la orden desde La Moneda y la represión se desata sobre hombres y mujeres…
La cobardía de la emboscada de fuerzas armadas y entrenadas para reprimir desata la más impresionante acción de heroísmo jamás imaginada… A medida de que se conoce la cobarde agresión de las Fuerzas Especiales en todo Chile se alza la solidaridad con nuestra comunidad y nuestras justas y nobles demandas.
Va creciendo también la resistencia y cientos y cientos de vecinos y vecinas se van sumando a la defensa del territorio y a la batalla por sacar a los violentos y criminales invasores enviados por el Estado.
La resistencia y la decisión de defender nuestros derechos crecía minuto a minuto y cada cual sabía como aportar en una lucha tan desigual.
Chile seguía la Batalla de Tatara y se asombraba y alegraba por el valor y heroísmo de una comunidad que se hacía soberana y tomaba en sus manos la defensa de su territorio, dando una lección al mundo entero..
La decisión era total. No había vuelta atrás ni repliegue. El pueblo tomó su territorio en sus manos sin importar lo que la represión pudiera provocar.
Tatara en ese momento se transformó en la frontera entre la dignidad de un pueblo por un lado, y por otro la avaricia empresarial y abandono de las autoridades y el Estado.
Ahí estábamos, EN TATARA, frente a frente, luchando sin tregua en desiguales condiciones, nosotros armados de piedras y gritos de lucha como los indios que orgullosamente somos.
Ellos eran invasores pagados para luchar por causa ajena. Nosotros dueños de este territorio que luchamos por causa propia, por defender nuestra vida y nuestra historia.
Al mirar a nuestros costados veíamos a nuestros familiares, vecinos y amigos. Estábamos todos…Sabíamos que ese terreno era nuestro conocido, conocíamos esa quebrada porque en ella crecimos y jugamos cuando niños. Esa era nuestra arma principal y confiábamos en que LA VICTORIA SERIA NUESTRA porque no había plan B ni C. Todos sabíamos que la victoria tenía que ser nuestra. Era triunfar o triunfar…
Y como era de esperar los estrategas y ejercicios policiales se hacían estériles. Sus pertrechos se agotaban y la resistencia popular crecía. Nuestras piedras no mermaban y las manos para cogerlas aumentaban. Cuando uno de los nuestros caía, dos se levantaban y nuestras mujeres como valientes guerreras no retrocedían ni un solo paso, siempre atentas al auxilio del caído, siempre atentas a los movimientos del represor. El valor de nuestras mujeres es conmovedor y así lo reconoce Chile entero.
Un día de lucha, marcado por treguas cobardemente traicionadas y heridos a causa de la represión y la violencia policial desatada contra nuestra comunidad. Wilson Campusano, es uno de ellos. Un cobarde disparo acabó con uno de sus ojos
Este momento histórico que hemos llamado LA BATALLA DE TATARA es el que hemos escogido para recordar desde hoy y por siempre el instante preciso en que tomamos el control y poder en nuestro territorio. Porque en Freirina el pueblo manda y las autoridades obedecen. Porque en Freirina el pueblo es soberano, la soberanía la ejerce la comunidad organizada en Asamblea.
Tomamos y ejercemos el poder en nuestro territorio porque la única forma de ser comunidad y proyectarnos hacia el futuro es tener un territorio donde ejercer la soberanía que no es más que tomar nuestras propias decisiones y decidir qué es bueno y que no es bueno para la comunidad.
Sin territorio las comunidades perecen, se desintegran y desaparecen. Eso jamás lo permitiremos en nuestro vallen y por eso seguimos organizados y movilizados para seguir defendiendo y `protegiendo la tierra en que nacieron y descansan nuestros ancestros y que dejaremos para las generaciones venideras…
Los hombres que habiten este Valle en el futuro vendrán aquí a recordar este día memorable, a recordar a este pueblo, a cada vecino y vecina que en LA BATALLA DE TARARA, impregnaron de heroísmo nuestro Valle y nuestra Historia…
MOVIMIENTO SOCIO AMBIENTAL VALLE DEL HUASCO
